Querida señora del metro, tenía que decir que entiendo que se muriera de ganas de sentarse a mi...


No era una señora, era Sheldon Cooper, y ese era su sitio.
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Quería romperte la cabeza hablando todo el viaje y no le has dado la oportunidad, va a acordarse de ti durante semanas.
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Otra vez, te bajas las bragas y le meas encima. Así aprenderá.
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Yo que tú me hubiera pegado un pedo, luego la miraría con desaprobación y cara de asquito y acto seguido cambio de asiento.
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Que gente pesada, como si no pudieran hacerse en otro asiento habiendo tantos vacíos
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Con lo rápido que se van cuando das gracias a satán con voz grave por todas las maldades y si es susurrandoselo al oído mejor
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Pues yo no entiendo por qué quería sentarse contigo.
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#1 #1 nib dijo: No era una señora, era Sheldon Cooper, y ese era su sitio. Muero JAJAJAJA
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#3 #3 captain_failcon dijo: Lo que le molestaba era tu cara, no la mochila.Tssssssssssssssss, la puyita.
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Lo que le molestaba era tu cara, no la mochila.
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