A todo el mundo, tenía que decir que de pequeña me tragué un hueso de cereza y me ne...


Me pinché el dedo con la púa de un cactus pensando que daría un salto de 20 metros como en los dibujos animados.
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Cuando apenas tenía dos primaveras mis padres me llevaron a una piscina. Como era costumbre en la época, los niños no llevábamos bañador, así que me encontraba con todos mis encantos al aire.

La sorpresa fue cuando de pronto me entraron ganas de cagar, y me asusté tanto de ver cómo salían boñigas de mi culo que me puse a correr desesperado como un pollo sin cabeza, llenando de mierda todas las toallas por las que pasaba.
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Me pensaba que los peluches estaban vivos y hablaba con ellos.
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Yo creía que si te tragabas un chicle se te pegaba en las tripas y luego no podías cagar nunca más.
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A mí me decían que se me iban a pegar las tripas si me tragaba el chicle, y tenía que comer fruta y jamón york para que lo "envolvieran".
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Había un anuncio en televisión de unos chicles llamados Trident Kids, si no recuerdo mal. En el anuncio, los niños los probaban y se convertían en animales, así que decidí no probar esos chicles.
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#9 #9 ViolandoVersos dijo: Me pensaba que los peluches estaban vivos y hablaba con ellos.Es más, me pensaba que todos los objetos tenían sentimientos.
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#9 #9 ViolandoVersos dijo: Me pensaba que los peluches estaban vivos y hablaba con ellos.A mí aun me pasa algo parecido, no hablo con ellos pero si veo alguno medio caído o mal colocado o algo me da por pensar que están incómodos.



Dejad de juzgarme.
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Que si me tragaba el chicle me moría. A día de hoy sigo sin tragarme los chicles, aunque ya por costumbre.
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Me metía los granos de la fruta de la granada por la nariz. Creo que alguno se quedó ahí arriba.
Una profesora dijo que si bebías mucha agua te sentaba mal, no la creí. Bebí tanto que vomité agua por toda la cocina.
Mi madre me dijo una vez "me sé de una que se murió comiéndose un bocata de queso", haciendo referencia a que tardaba demasiado en comérmelo. A ella sí la creí, y lo tiré al suelo llorando y llamándola mala madre por darme algo que podría matarme.
Una vez, mis padres me dejaron sola en la casa como cinco minutos. Me bastó para abastecerme de alcohol de donde lo tienen (tenían) guardado y coger un pedo terrible. A los 6 años.
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No se, pero puestos a contar gilipolleces de la infancia, yo dire que me comia las libelulas que se quedaban pegadas en el morro del coche.



Asi me quede...
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Tuve que ir a que me sacaran sangre, y después de los correspondientes lloros y súplicas (me daba mucho miedo), cuando por fin nos íbamos pregunté indignada a la enfermera porqué no me devolvían mi sangre.
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Cuando era niña creía que la television me escuchaba, y podían ver lo que hacia.
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Ahora en serio, me pasaba lo mismo que a ti, pero con las sandías. Y claro, mis temores se confirmaron cuando mi tía se quedó embarazada.
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Me metia las pepitas de sandia en la boca y las escupia muy rapido.
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Intenté abrir una nuez con la frente, así que la puse en la mesa, puse las manos a los lados y salté de cabeza a la nuez para partirla. Lo único que partí fue mi labio.
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Cogí la costumbre de matar hormigas del jardín en señal de venganza porque vi como mataban a un escarabajo. Le puse tanto ímpetu que no volvieron a aparecer por un tiempo.
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Me atropello un coche marcha atrás y me pasé un mes viendo Blancanieves con la pierna escayolada.
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#17 #17 milkaesamor dijo: #3 Pero qué coño....?



#6 Es un engaño bien ingenioso. ¿Pescado no?
O sea, con la cantidad de niños que comen tierra/arena/pegamento ¿y tu te extrañas por comer bichos?

Al menos me aportaban proteinas.
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Yo, de pequeña, llamaba a las lesbianas "gueishas".
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Yo comí pienso del perro con 2 años y me puse a ladrar en una zapatería delante de todo el mundo.
También, con 3 ó 4, bebí cerveza sin querer y me traumaticé tanto que nunca la he vuelto a probar.
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#18 #18 Plantarodadora dijo: #17 O sea, con la cantidad de niños que comen tierra/arena/pegamento ¿y tu te extrañas por comer bichos?

Al menos me aportaban proteinas.
No me acordaba yo de mi etapa de traga-arena...
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Yo pensaba que cuando jugaba a la consola habia un chino detras que controlaba el juego.
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#16 #16 RDaneelOlivaw dijo: Había un anuncio en televisión de unos chicles llamados Trident Kids, si no recuerdo mal. En el anuncio, los niños los probaban y se convertían en animales, así que decidí no probar esos chicles.Hiciste bien. En tu caso probablemente nos hubiéramos quedado con una tostadora o un exprimidor de la teletienda.

Hola.
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No me comía la parte verde de las golosinas que imitaban las fresas.
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Me gustaba barrer....La tierra. Tenía una mente brillante, pero los demás no lo sabían...
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Una vez me como un insecto porque lo confundí con una galleta que tenía en la otra mano
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Una vez mi hermano y yo vimos un "ovni" (seguramente un globo o algo parecido) en el cielo. Mi padre nos dijo que el gobierno se llevaba a los niños que veían esas cosas para interrogarlos y que nunca volvían a casa o a ver a sus padres. Hicimos como que no le creíamos, pero nos pasamos toda la noche abrazados y con miedo.
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#11 #11 ViolandoVersos dijo: #9 Es más, me pensaba que todos los objetos tenían sentimientos.¿Cómo corrías sin sentirte mal por el suelo? XDD
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#21 #21 expeliarmus dijo: #9 A mí aun me pasa algo parecido, no hablo con ellos pero si veo alguno medio caído o mal colocado o algo me da por pensar que están incómodos.



Dejad de juzgarme.
Sí, yo les daba un besito de buenas noches y los arropaba.

#13 #13 jmtl00 dijo: #11 ¿Cómo corrías sin sentirte mal por el suelo? XDDEl suelo no contaba como objeto.

#28 #28 lampara_de_lava dijo: #9 No estoy NADA sorprendido.¡TÚ! ¿Dónde carajo te habías metido?
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Creía que si en vez de sonarte aspirabas los mocos estos se te pegaban en el cerebro.
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#38 #38 el_cachondo_con_ruedas dijo: Cuando apenas tenía dos primaveras mis padres me llevaron a una piscina. Como era costumbre en la época, los niños no llevábamos bañador, así que me encontraba con todos mis encantos al aire.

La sorpresa fue cuando de pronto me entraron ganas de cagar, y me asusté tanto de ver cómo salían boñigas de mi culo que me puse a correr desesperado como un pollo sin cabeza, llenando de mierda todas las toallas por las que pasaba.
Me he reído demasiado.
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Yo estaba dibujando en un pizarrón. En una mano la tiza, en la otra un alfajor. Mordí la tiza.
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A mí hubo una época en que me encantaban los caracoles, y los iba recogiendo del jardín de mi abuela para jugar con ellos. Como a mi madre le daban asco sus babas, me dijo que si los tocaba, me saldrían bichitos negros por la piel, y me lo creí xD Ahora me dan asco
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Estaba segura al cien por cien de que si comîa espárragos blancos las hebras me asfixiarían.
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#24 #24 milkaesamor dijo: #18 Bichos que se quedaban pegados en el morro de coche.Recuerdo que estaban calentitos. Muy sabroso todo.


#26 #26 Este comentario se ha eliminado ya que no cumplía con las normas de uso de la página.A mi lo de la arena nunca me acabo de convencer...
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Mi hermano y yo de pequeños jugabamos a barbie suicide, que basicamente era volear a las muñecas o hacer como se suicidaban, ahora que lo pienso suena un poco macabro... Y mi tia me conto que al poco de aprender a caminar, para echarme la siesta yo sola dava vueltas por toda la casa y luego me lanzaba de cabeza al suelo, aveces pensaban que o me mataba o me quedaria mal.
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#51 #51 helvetti dijo: Me metía los granos de la fruta de la granada por la nariz. Creo que alguno se quedó ahí arriba.
Una profesora dijo que si bebías mucha agua te sentaba mal, no la creí. Bebí tanto que vomité agua por toda la cocina.
Mi madre me dijo una vez "me sé de una que se murió comiéndose un bocata de queso", haciendo referencia a que tardaba demasiado en comérmelo. A ella sí la creí, y lo tiré al suelo llorando y llamándola mala madre por darme algo que podría matarme.
Una vez, mis padres me dejaron sola en la casa como cinco minutos. Me bastó para abastecerme de alcohol de donde lo tienen (tenían) guardado y coger un pedo terrible. A los 6 años.
Otra vez, mis padres cambiaron un cuadro de la entrada del piso (un cuadro y nada más). Estuve meses obsesionada con que nos habíamos equivocado de casa, que los dueños nos echarían en cualquier momento.
No distinguía los dibujos de la tele de la realidad y me pasaba horas buscándome "rayas" pintadas en la piel como en los dibujos.
#52 #52 Este comentario se ha eliminado ya que no cumplía con las normas de uso de la página.Tardé años en pillarle otro significado. Hasta entonces desconfié de las artes de mi madre con el veneno.
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La verdad es que algunas lógicas, composiciones jodidamente raras que ni sé en qué pemsaba mi mente infantil.
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A mí en primaria me decían que si suspendía algún examen de aquí a la universidad, acabaría como Presidente del Gobierno. Fue mi filosofía de vida hasta que entré en la uni.
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Yo en la piscina mataba a las hormigas con tsunamis y elegía a unas pocas y las salvaba, eran las elegidas.
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Llenarme la boca de agua y tener miedo de atragantarme, hasta el punto de escupirla toda,
En clase
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#3 #3 Plantarodadora dijo: No se, pero puestos a contar gilipolleces de la infancia, yo dire que me comia las libelulas que se quedaban pegadas en el morro del coche.



Asi me quede...
Pero qué coño....?



#6 #6 expeliarmus dijo: A mí me decían que se me iban a pegar las tripas si me tragaba el chicle, y tenía que comer fruta y jamón york para que lo "envolvieran".Es un engaño bien ingenioso. ¿Pescado no?
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