#148 Me faltaba añadir que las empresas de comida basura se lo montan muy bien porque te ofrecen productos de baja calidad, pésimos para la salud, pero al mismo tiempo saben bien y son baratos, y eso es realmente lo que les hace vender.

Comer sano hoy en día sale caro, y al intentar ahorrar no nos damos ni cuenta de la cantidad de alimentos que ingerimos que nos pueden llegar a hacer un daño tremendo. Ya no se puede ni fiar uno de la fruta de los supermercados. Al intentar que parezca bonita y apetitosa hacen que no sea tan buena para la salud como una fruta recién sacada del árbol, bonita o no, sin haber sido tratada en ningún laboratorio.

La industria alimentaria juega con nosotros como le da la gana, y lo peor es que no nos damos ni cuenta.

La industria de la comida basura se lo monta MUY bien para vender sus productos a costa de nuestra salud y por supuesto intentando aprovecharse de la ingenuidad de los más pequeños.

¿Que los padres tienen que poner límites? Sí, eso está claro, pero es más difícil de lo que aparenta ser. ¿Qué repercusión tendrá en un niño las enseñanzas alimenticias que ofrecen a sus hijos frente a los mil y un anuncios de comida basura que ven esos niños a lo largo de toda su vida? Al final acaba pesando más los miles de millones de dólares y de euros que se gastan las empresas de comida basura que cualquier enseñanza, por buena que sea, que ofrezcan los padres. Y eso cada vez ocurre más, sobretodo ahora, en pleno siglo XXI, cuando la imagen tiene tanta importancia.

#73 Te lo dice una futura profesora de religión :) Pero no meten a gente sin estudios (el obispado no recomienda a cualquiera, tienes que pasar varias fases para que te incluya en la lista de candidatos).

#66 Existen varios métodos para escoger profesores de religión, pero uno de ellos es elegir a aquellos que el obispado de la provincia recomienda. ¿Por qué los recomienda? O bien porque tienen experiencia en el ámbito religioso con niños, o bien porque han estudiado la carrera de magisterio habiendo escogido la optativa de religión, o bien porque se ha sacado el cursillo que ofrece el obispado en cada provincia para ser profesor de religión, etc.

Yo no era creyente, he ido a un colegio religioso y ha sido la experiencia más bonita y gratificante de mi vida. Ahora soy creyente y soy feliz.

Mi profesor de religión era un sacerdote majísimo y aún recuerdo sus clases como las mejores que he recibido nunca.

Es una pena que no sepáis aprovechar lo que tenéis, creais o no creais, que eso es indiferente, y disfrutar de la cultura y del conocimiento que otros pueden aportaros, tanto si los compartís como si no. Respeto es una palabra preciosa que deberíamos aplicar todos en nuestra vida diaria.