#9 @alma_podrida Es que sexo y género son cosas distintas. Y lo que es una construcción social es el comportamiento tradicionalmente inculcado y asociado a cada género, nada más. Lo demás viene dictaminado por una gran cantidad de factores (hay elementos culturales, sí, pero también hormonales, físicos y a nivel de neurotransmisores).

El destino nos manda a casi todas pretendientes casados. Seamos gordas, flacas, feas, guapas, lesbianas, pobres, rancias... Da igual, casi siempre hay al menos un señor marido o padre de familia rondando a ver si es chicle y pega.

Y si eres mujer y no hay ninguno entre los tuyos, a lo mejor solo no te ha dicho que es casado. Cuidado con esos que igual abundan xD

Esto es demasiado triste. Es el equivalente a paliar el vacío interno con comida, compras o juego compulsivo. Claro que consuela, lo sé de primera mano, pero a la larga no resuelve nada. Suerte con eso, chico.

¿Qué...? xDDDD

Bueno, que alguien sea allegado a tu persona no los capacita automáticamente para tratar con alguien que sufre una enfermedad mental. Tratar con una persona deprimida (o con algún trastorno del espectro de la depresión) es muy desgastante y muy difícil, y la ignorancia predominante respecto al tema complica aún mas las cosas. Naturalmente lo ideal sería que el grupo de soporte (léase familia, amigos o pareja) instaran al paciente a recibir el tratamiento médico correspondiente, y se asesoraran con el mismo para colaborar en el tratamiento. Pero para esto la gente tiene que saber de antemano lo que es la depresión, identificar un cuadro de depresión, cómo se trata, cómo no se trata, y quién es el especialista al que compete tratar la enfermedad. La cultura de la mayoría de la gente no llega a tanto, porque es un tema que solo en tiempos recientes se habla abiertamente y sobre el cual pesan un millar de prejuicios. Y luego de eso, tener la entereza y la estabilidad emocional suficiente para sobrellevar el problema de la mano del paciente, con todo lo que ello implica (incluyendo la propia resistencia al tratamiento, que es muy común). No es fácil encontrar una persona así dentro de nuestros círculos, ahora imagina esperarlo de todos tus círculos. Las probabilidades están en tu contra.

Al final todos somos personas lidiando con la vida cómo podemos con los recursos que tenemos. Cuando la situación nos rebasa, lo natural es hacernos a un lado, que es lo segundo mejor que hacer después de intervenir de forma efectiva (una intervención mal planeada generalmente hace más mal que bien). Se entiende lo mucho que jode estar en el pozo y que nadie te tienda la mano, pero cuando solo hay mancos a tu alrededor, no había nada que pudieran hacer, y no nos queda más que nadar por nosotros mismos o ahogarnos. Es duro, pero así es la vida.

#9 @lila_ Suena más como un berrinche largo que como un cuadro depresivo. Y yo sé que parece muy salido de madre para un berrinche, pero hay gente que se suicida haciendo uno, así que tan disparatado no es.

Me da un montón de vergüenza admitirlo, pero hace años algunas recaídas en trastornos alimenticios eran por berrinche, "si no quieres/cedes/haces por mí, tendrás que verme matarme por tu culpa". Patético, ya sé, me doy asco yo sola.

#7 Y este es un punto delicado, y quiero que quede patente que respeto mucho tu profesión y no menosprecio tu experiencia, pero desde mi propia experiencia de docente, creo que es esencial la flexibilidad a la hora de impartir clase para adaptarte a las necesidades y capacidades de cada alumno, así como la capacidad de estimularlos de forma óptima (como individuos, no como grupo). Esa fue la clase de profesores en cuya clase siempre me sentí a gusto, siendo de las que generalmente se aburrían en clase. Y oh sorpresa, los resultados de esos profesores solían ser buenos para todo el curso, incluso con los alumnos "problemáticos", y tenían un buen control de grupo en general. A lo mejor convendría revisar tu técnica si tus resultados no están siendo lo que querrías que fuesen. Siempre hay forma de mejorar, y más que más si trabajas con niños o adolescentes muy jóvenes, para quienes puedes marcar una gran diferencia en su vida escolar.

Yo no estoy de acuerdo. No puedo pensar en muchas cosas más nocivas para el desarrollo de la autopercepción y la autoestima de un niño pequeño que ser clasificado como "bueno" o "malo " en función de sus resultados académicos (que para colmo, a menudo siguen parámetros aleatorios en función del profesor). La escuela es generalmente el primer entorno social ajeno al núcleo familiar con el que se enfrenta el niño, y no tienen la madurez para manejar esa clase de segregación sin interiorizar y extrapolar su significado a su propia valía como personas.

Los entornos competitivos casi nunca son benéficos para una personalidad en una etapa de formación tan temprana. Ni siquiera puedo decir que beneficia a los más capaces, porque muchos ocupan los primeros lugares a costa de un enorme sacrificio personal (y esto lo hablo desde la experiencia). Es una forma tóxica de pretender enseñar, donde se priorizan los resultados por sobre el aprendizaje, lo que favorece corrupción y trampas por lo mismo (y créeme, encuentran la forma, con el aprendizaje nefasto que esto conlleva), y que a la larga realmente no ha demostrado su eficiencia de forma fidedigna en lo que respecta a formar generaciones de seres humanos integrales, instruídos y productivos. Lo único que se logra es que los clasificados como "mediocres", que son la mayoría, terminen dando resultados alineados con la etiqueta con la que se les marcó cual vacas desde niños, mientras los que ocupan los puestos punteros a menudo arrastran problemas de ansiedad, de socialización, o terminan cediendo a la presión y desertando de forma temprana con mayor o menor violencia (un ejemplo son los hikikomori, o la cantidad de suicidios de escolares en Japón). Contrastando esos resultados pobres con aquellos casos de éxito de la gente que conquista ese sistema y triunfa al salir del mismo, no es difícil apreciar que no solo es deshumanizante, sino ineficiente en términos de resultados.

¿Llevas tres años reclamando 20 euros...? Joder, sé que está mal la cosa, pero ¿tanto? xD

Que te invite un cubata la próxima vez que salgan y hala, problema resuelto.

Críticas se llevan siempre, lo que pasa es que en general nuestra cultura le perdona todo a los ricos y famosos. Si hay gente que se ha salido con la suya de auténticos delitos, imagínate algo así.

No es como si nuestra opinión al respecto importase si se trata de dos mayores de edad. Con cuchicheos o sin ellos van a hacer lo que les salga de la entrepierna, y que bien que sea así.

#11 @wagnerin Aquí la comunidad es muy pequeña y muy friki. Vete a foros populacheros como EnFemenino y verás toda la chusma a la que Memondo le pasa por debajo del radar.

Igual lo que ya te cansó es la heterosexualidad, porque de otra forma no me lo explico xD

Pregunta. ¿Para qué quieres hacer eso? Casi todo el mundo proyecta una imagen pulida y no del todo cierta de sí mismo hacia los demás. Pocas interacciones sociales carecen de algún tipo de filtro o fachada. Falsear una rutina deportiva está en el lado más inofensivo del espectro, y si ella se siente más cómoda escondida tras la fantasía que ha creado de sí misma y esto no le ha traído ninguna consecuencia negativa per sé, ¿qué más da? Aparte, dejarla al descubierto en público solo te deja abierta a un ataque frontal. Es tu madre. Estás viviendo con ella. Algo te sabrá, y si yo fuera ella, no dudaría en blandirlo en tu contra delante de quien hiciera falta. ¿Segura que quieres tirar de ese hilo?

#8 Si es a ti a quien afecta el problema es tuyo por definición. Sin embargo, eso no significa que esté en tus manos hacer algo al respecto para solucionarlo, sino, tal como te ha recomendado #7, buscar la manera de que te afecte lo menos posible. Sospecho que apelar a su sentido de la decencia no ha funcionado, así que acércate a tu terapeuta y plantéale la situación. Puede darte consejos para ayudarte a evadirte un poco. ¿Mi “técnica”? Audífonos con ruido blanco y evasión mental (ponerme a leer, a jugar videojuegos, a dibujar, lo que sea que saque mi mente del campo de batalla). Suerte con eso, chica, y dentro de lo posible ve planeando la graciosa huida.

Nada es más de críos que obsesionarse con hacerse mayores.

Si alguien espera que cualquier clase de criatura se materialice frente a ellos en la comodidad de su hogar probablemente tenga algún problema mental y requiera más ayuda que tu frugal consejo. Para todos los demás es obvio.

Si solo se veían de vez en cuando para follar y pasar buenos ratos, es poco razonable exigir exclusividad. Por supuesto eres libre de liarte o dejarte de liar con quien te de la gana, pero si tienes pensado tener un a relación de follamigos con otra persona, ten bien presente que la exclusividad es algo que no va por descontado en el acuerdo y tendrás que hablarlo explícitamente con la otra persona y ver si acepta tus términos (que ya te digo yo que va a ser difícil).

Siempre que uno cree que no puedes quedar más como un imbécil, vienes y publicas una gilipollez que deja claro que solo tienes dos neuronas y se llevan mal entre ellas.

#7 (sigo)
7. Buena alimentación. Parecerá una tontería, pero los alimentos altos en azúcar tienden a darnos demasiado "combustible rápido" que a veces se traduce en la incapacidad para enfocarnos y estarnos quietos. En contraste, la comida saludable suele estabilizar los niveles de azúcar y los picos de energía, y en consecuencia mejora el estado físico y el rendimiento mental. Cuida lo que comes y el horario en el que comes.

8. Recompénsate. Cuando entrego un proyecto en tiempo y forma (puedes traducirlo a tus tareas, buenas notas o lo que sea que hagas en tu vida diaria) suelo darme un mimo grande como recompensa. Compras, comida basura, un viaje rápido, un videojuego nuevo, un día de spa, lo que sea que en ese momento me haga feliz. De esta forma lo que normalmente es estresante y tiendes a evadir (un final de proyecto que suele ser matador en este caso) se convierte en un momento deseable y que anticipas y apuras lo más posible. No tiene que ser algo muy grande, solo algo que lleves deseando mucho tiempo.

9. Cafeína. Un consejo cuestionable, de acuerdo, pero si todo falla, a mí me ayuda mucho un coctel de cafeína. Coca cola, café expreso y hielo, todo a la licuadora (sabe mejor de lo que suena, lo juro). Te empacas una o dos cafiaspirinas y te la pasas con la mezcla antes de que el hielo se derrita. Así consigo hacer mis maratones de 50 horas programando, y por el momento todavía no me ha matado de un infarto xD

#6 (sigo) 4. Separa tus tareas y trabajos en pedacitos. En vez de poner en la lista de tareas "limpiar la habitación" (que es vago, impreciso y se siente que toma una eternidad cumplirlo), sepáralo en "lavar la ropa", "cambiar el edredón", sacudir el polvo de los muebles", etc. Son objetivos pequeños que es más fácil cumplir de un tirón, y así empieza a existir sensación de progreso sin sentirte abrumado.

5. Espacia los descansos lo más posible. A mi me supone una eternidad retomar un trabajo que suspendo, así que en vez de tomar descansos cada poco tiempo, establezco lo que tengo que terminar antes de parar. Así en vez de vivir mirando el reloj y rezando porque termine mi sufrimiento me enfoco en la tarea para poder pasar a cosas más agradables.

6. Ruido blanco. Si el silencio te abruma y cosas como la música o videos te distraen más, prueba con el ruido blanco, particularmente sonidos de la naturaleza. Puede reducir los niveles de estrés y ayudarte a enfocarte en lo que estás haciendo sin saturar el medio.