Gran consejo. Yo tengo una cuenta en Facebook con un nombre que realmente es un alias y, desde luego, sin foto. Tampoco le he dicho a Facebook mi dirección real en previsión de posibles fugas. Las personas que yo conozco físicamente ya saben quién soy. Con esas me basta.

A mí un tío que estudiaba algo de marketing me recomendó tener siempre dos cuentas de Twitter, una con tu nombre y apellidos para evitar que te suplantaran y otra no identificable para hacer el paria y todo lo demás. En realidad a mí me dio igual, porque no uso Twitter, pero a otros les puede servir.

Efectivamente, lo mejor es no usarlas ya que pueden usarlas para sacar información que te pueda perjudicar, yo desde luego no pienso tener mi cuenta de facebook actualizada, se quedará con mi foto de cuando tenía 12 años de por vida, y evidentemente sin ningún estado ni ninguna publicación ni nada.

Se llama sentido común.
El menos frecuente de los sentidos.

Es de ser inteligente saber que las personas somos dueños de nuestros silencios y esclavos de nuestras palabras. Y menos en plataformas públicas en donde nos exponemos a cualquier interpretación de ellas.

En una conferencia nos dijeron que tengamos cuidado con las redes sociales a la hora de entregar nuestros currículum, ya que cualquier entrevistador antes de hacerte una llamada podría buscar información tuya por internet con el nombre y apellido y ver que impresión das con tu publicaciones y si vale la pena contratarte.
Siempre fui partidarias los perfiles anónimos, ni falta hace exponerse en internet.