Mundo, tenía que decir que soy psicólogo y desde hace años encuentro en lo...


Por eso la gente no quiere ir al psicólogo. Porque el grueso de los problemas son de dinero y no los van a arreglar ahí.
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#0 #0 Edmond dijo: Edmond, tenía que decir que soy psicólogo y desde hace años encuentro en los adultos lo mismo que en los niños, básicamente pacientes con poco o ningún control sobre su existencia. Voy por el enésimo treintañero cuyos problemas se resolverían yéndose de casa y que sin embargo no está más cerca de lograrlo que cuando era adolescente. Lo preguntaré de otro modo, ¿a quién votamos para arreglar esto? TQDPrecisamente, el problema de fondo es la asunción de que no existe otro marco político mejor que el actual. Bajo el rótulo de defender la democracia contra los totalitarismos (gracias, Hannah Arendt y demás kantianos socialdemócratas), existe una censura moral automática contra quien hace una enmienda a la totalidad. Mi postura es clara y contundente: no se trata de votar a unos u otros, se trata de aumentar las cotas de participación de la ciudadanía en las cuestiones de gobernanza, lo que implica fomentar la mayoría de edad efectiva de la gente y castigar la pasividad, el desentendimiento, el victimismo, etc. Las instituciones se deben a la gente, y no al revés.

#1 #1 skuldnornao dijo: Por eso la gente no quiere ir al psicólogo. Porque el grueso de los problemas son de dinero y no los van a arreglar ahí.Discrepo en cierta medida. En última instancia, hoy todo contratiempo es de cariz económico, pero por el simple motivo de que hemos abandonado cualquier pretensión de establecer criterios de valor vinculantes. Es decir, retórica aparte, la realidad se rige por la cuantificación, que no es otra cosa que el economicismo. Desechamos, dados por imposibles o fútiles, debates de otro tipo, santificando la esfera individual, y traducimos todo a cifras bancarias.

Para que se me entienda: uno puede estar a gusto en el hogar familiar y consensuar con los padres la permanencia en él, quizá disfrutando así de mayor comodidad, capacidad de ahorro y apoyo emocional. En una situación opuesta, uno puede vivir en un infierno familiar del que necesita salir con celeridad pero para lo cual carece de recursos. Entre el sujeto 1 y el sujeto 2 no tiene por qué haber diferencia de rentas, lo que acucia el segundo no es, en primer plano, su bajo poder adquisitivo, sino la ausencia de una convivencia sana, de amor o apoyo.
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#2 #2 bonibonito dijo: #0 Precisamente, el problema de fondo es la asunción de que no existe otro marco político mejor que el actual. Bajo el rótulo de defender la democracia contra los totalitarismos (gracias, Hannah Arendt y demás kantianos socialdemócratas), existe una censura moral automática contra quien hace una enmienda a la totalidad. Mi postura es clara y contundente: no se trata de votar a unos u otros, se trata de aumentar las cotas de participación de la ciudadanía en las cuestiones de gobernanza, lo que implica fomentar la mayoría de edad efectiva de la gente y castigar la pasividad, el desentendimiento, el victimismo, etc. Las instituciones se deben a la gente, y no al revés.

#1 Discrepo en cierta medida. En última instancia, hoy todo contratiempo es de cariz económico, pero por el simple motivo de que hemos abandonado cualquier pretensión de establecer criterios de valor vinculantes. Es decir, retórica aparte, la realidad se rige por la cuantificación, que no es otra cosa que el economicismo. Desechamos, dados por imposibles o fútiles, debates de otro tipo, santificando la esfera individual, y traducimos todo a cifras bancarias.

Para que se me entienda: uno puede estar a gusto en el hogar familiar y consensuar con los padres la permanencia en él, quizá disfrutando así de mayor comodidad, capacidad de ahorro y apoyo emocional. En una situación opuesta, uno puede vivir en un infierno familiar del que necesita salir con celeridad pero para lo cual carece de recursos. Entre el sujeto 1 y el sujeto 2 no tiene por qué haber diferencia de rentas, lo que acucia el segundo no es, en primer plano, su bajo poder adquisitivo, sino la ausencia de una convivencia sana, de amor o apoyo.
llegamos entonces al mismo punto de siempre: solo la gente con dinero tiene garantía de poder avanzar en la vida.


No he obviado el resto del discurso, es muy temprano y no doy pa más.
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A ninguno, el día que entendamos como sociedad que somos nosotros los que tenemos que cambiar la forma en la que nos relacionamos y el decir no a la manipulación económica de gobiernos, bancos, megacorporaciones y bancos centrales (con todo lo que ello implica), las cosas empezarán a cambiar. Mientras tanto toca disfrutar el declive social inevitable.
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A very que muchos no se van por pereza quiero irme de casa pero quiero pagar 300€ por un piso de 200 metro cuadrados en el centro y seguir llevando el mismo ritmo de vida que cuando vivía con mis padres, fiestas viajes, pedir comida a domicilio con frecuencia…

Cuando te vas de casa te tienes que ajustar y hay gente que ni está dispuesta a ello, aparte la casa no se limpia sola
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#5 #5 klingon2 dijo: A very que muchos no se van por pereza quiero irme de casa pero quiero pagar 300€ por un piso de 200 metro cuadrados en el centro y seguir llevando el mismo ritmo de vida que cuando vivía con mis padres, fiestas viajes, pedir comida a domicilio con frecuencia…

Cuando te vas de casa te tienes que ajustar y hay gente que ni está dispuesta a ello, aparte la casa no se limpia sola
Consideraré una buena señal el que hayamos tardado cinco comentarios en que aparezca uno diciendo que los jóvenes no se van de casa porque son unos vagos.
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#3 #3 skuldnornao dijo: #2 llegamos entonces al mismo punto de siempre: solo la gente con dinero tiene garantía de poder avanzar en la vida.


No he obviado el resto del discurso, es muy temprano y no doy pa más.
Sí, esa gente tiene esa garantía pero no por la misma razón por la que no salimos volando hacia el espacio exterior, no por leyes naturales, sino por leyes sociales (la Economía es una ciencia social, por más que intenten naturalizar conceptos y estatuir una concepción de la vida como gestión). Es decir, la mayoría de los motivos por los que uno está mentalmente jodido, lesiones neurológicas o enfermedades físicas duras aparte, proceden de las posibilidades sociales, del entorno, de la vida compartida y de la manera en que ella se estructura, del rol que ocupamos en la misma. Los psicólogos tendrán pocos casos de pacientes que estén jodidos porque no pueden respirar debajo del agua o no pueden correr a la velocidad de la luz, sin embargo, tendrán muchos que acusen que no se sienten queridos, que se sienten solos, que se sienten víctimas de ciertas injusticias —mobbing, bullying, love bombing... (pongo anglicismos por la coña)—, etc.

Al traducir toda problemática moral y política a lenguaje económico, se pierde de vista la naturaleza de las cuestiones y se acepta un marco de acción que no es inalterable, sino ideológico.

El dinero, respecto a ciertos dolores del alma, no es una solución, quizá es un parche que permite huir de los traumas, los cuales no dejarán nunca de perseguirte. Hay gente que lo tiene todo y se siente miserable...
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