Por como lo dices, pareciera que te ha sacado leche y no sangre.

Te has quedado con ganas de follártela, ¿verdad?

Yo prejuzgo como a un carnicero sádico a todo aquel que se me acerca con una aguja hipodérmica.
Son reminiscencias de épocas de jeringuillas de cristal. Antediluvianas.

Cuán sosa tiene que ser tu vida para que una extracción de sangre te estimule tanto. O quizá es que ese es tu fetiche, no sé.

Métele tu "jeringa" a modo de consolación, que te has quedado con las ganas.

#5 #5 curc0vein dijo: Métele tu "jeringa" a modo de consolación, que te has quedado con las ganas. Con lo bonito que me había quedado el comentario y resulta que es una tía.

#6 #6 curc0vein dijo: #5 Con lo bonito que me había quedado el comentario y resulta que es una tía. No es problema para que tenga jeringa también.

Yo tengo panico a sacarme sangre y una vez me atendio una joven superamable y lo hizo perfecto , casi pierdo el miedo , casi . Prejuzgar esas cosas son ridiculas , prefiero alguien joven a una vieja que no ve

¿Pero qué os pasa con el tema de sacar sangre y la gente que lo hace?

Yo nunca me he fijado en si quien me lo hace es joven, no lo es, tiene pecas o sabe hablar esperanto. Le pongo el brazo, me saca sangre, me da algo para apretar en el lugar en el que me ha pinchado y me dice que esté unos minutos así, y me voy. No tiene demasiado misterio.

Si eso, supongo que hay mancos por ahí que fallan y te tienen que pinchar varias veces (no sé, a mí nunca me ha pasado), pero quitando eso no sé cómo se puede hacer "mejor" o "peor"; es clavar una aguja.
Qué cariño ni qué hostias.

Y tú querías inyectarle tu "amor", ¿no?