Lo siento, es inevitable. La gente no está en la biblio por diversión, están hasta los cojones y cualquier cosa, incluido mirar a la gente, es más interesante que lo que tienen en frente.

Es algo psicológico, eres un estímulo nuevo que aparece ante ellos.

Cualquier cosa con tal de no estudiar. A esa gente apetece darle una caja de cerrillas con un par de hormigas dentro para que se entretengan viéndolas correr.

En casa te dedicas a mirar el gotelé, o, en su defecto, las motas de polvo. En la biblioteca miras a la gente. Te jodes.

Después de pasar un tiempo ahí cualquier cosa que provenga del mundo exterior llama la atención. Agradece que no se te tiren encima para olerte.
Eso y que son tan irritables que debes controlar tu respiración para que no te miren mal.

Es que perturbas su silencio y tranquilidad al entrar. Siéntate rápido y dejarán de mirarte.

Esa gente está aburrida, no le quieras quitar lo único que los mantiene sin cortarse las venas.

O tal vez tengas unos senos que hipnotizan, no sé

Es una biblioteca en época de exámenes y en primavera. La gente no puede mirar por las ventanas porque les entran ganas de suicidarse al pensar en el solecito mientras ellos están asándose dentro al lado de alguien que apesta a sudor, tabaco y que lleva una sudadera con más manchas de café que tela, así que la única excusa de que disponen para levantar la vista de los apuntes un rato es la gente que entra y sale.

¡Ay! pero es tan divertido y la gente se pone tan roja y tan nerviosa....

Para la próxima prueba a ir sin tacones