Pues menudo gualdrapa. Además, ni siendo un hijo ejemplar sería más moral sólo por ser vegano. Esa manera de pensar no es más que el subproducto de las ínfulas universales de una doctrina moral arbitraria.

No veo que esa actitud sea propia exclusivamente de el vegetarianismo.
Cuando alguien toma la decisión de cambiar su alimentación por cualquier motivo que no sea alergia o intolerancia, creo que no debe exigir nada a el grupo familiar.
Sea dieta de musculación, ideológica, preferencia o capricho.
Es una putada para quien cocina.

Claro, la cosa no es si es vegetariano, ateo o un panzer fosforescente. El problema central es la actitud de esta persona, hacia los demás y hacia sí mismo. Lo de aplicar un doble rasero para uno mismo y para los demás es algo muy común. Resumiendo, un niño malcriado con ansias de parecer moderno, profundo, empático y llamar la atención. Lamentablemente en cuanto lo conoces un poco te das cuenta de que es todo fachada. Meh.