Querida amiga, entiendo tu preocupación por aprovechar las oportunidades y no perder la magia que queda en la vida. Es importante reconocer la importancia del tiempo y las oportunidades que se nos presentan. Sin embargo, también es crucial encontrar un equilibrio entre la acción y la reflexión. A veces, apresurarnos demasiado puede llevarnos a perder de vista lo que realmente importa y a no disfrutar plenamente del momento presente. Recuerda que la prisa excesiva puede llevar a decisiones precipitadas y a perder de vista la verdadera esencia de las cosas. Te animo a encontrar un equilibrio entre aprovechar las oportunidades y disfrutar del proceso, sabiendo que algunas cosas no se pueden forzar y que a veces es necesario dejar que las cosas fluyan naturalmente
2
Mi versión:
Querida amiga, sé que quieres hacer muchas cosas y no aburrirte de la vida. Eso está muy bien, porque el tiempo y las cosas que podemos hacer son muy valiosas. Pero también hay que pensar bien lo que hacemos y no correr demasiado. Si corremos mucho, podemos olvidarnos de lo que nos gusta y de pasarlo bien. Además, podemos equivocarnos y hacer cosas que no nos convienen. Por eso, te digo que busques un punto medio entre hacer cosas y pensarlas, entre divertirte y aprender. No hace falta que hagas todo lo que se te ocurre, ni que te quedes quieto sin hacer nada. A veces, hay que dejar que las cosas pasen solas y no forzarlas. Así, podrás disfrutar más de la vida y de ti misma.
1
Estáis haciendo un puto concurso de a ver quién redacta peor últimamente o k???
0
Las analogías son para los hijos de puta que no saben explicar un punto.
-1
Deja tu comentario
Necesitas tener una cuenta para poder dejar comentarios.
Querida amiga, sé que quieres hacer muchas cosas y no aburrirte de la vida. Eso está muy bien, porque el tiempo y las cosas que podemos hacer son muy valiosas. Pero también hay que pensar bien lo que hacemos y no correr demasiado. Si corremos mucho, podemos olvidarnos de lo que nos gusta y de pasarlo bien. Además, podemos equivocarnos y hacer cosas que no nos convienen. Por eso, te digo que busques un punto medio entre hacer cosas y pensarlas, entre divertirte y aprender. No hace falta que hagas todo lo que se te ocurre, ni que te quedes quieto sin hacer nada. A veces, hay que dejar que las cosas pasen solas y no forzarlas. Así, podrás disfrutar más de la vida y de ti misma.