- Entonces comprendimos que no podíamos arriesgarnos a que otro demonio reclamara el trono de sus... padres. Tras la guerra apenas quedaban hombres, sólo había niños, o ancianos tan mayores que apenas parecían demonios.
Las nuevas generaciones tenían la oportunidad de vivir en un mundo sin hombres opresores, sin violencia, sin ira, sin inseguridad. Un mundo mejor. Así que tomamos la decisión que creímos más justa: Encerrar a los demonios que habían dañado a Madre Gaia y asignarles tareas necesarias para la sociedad.
Pero pronto empezaron los problemas. Empezaron a nacer movimientos ideológicos que se oponían a la discriminación de los demonios. "¿Por qué nosotros sí y vosotras no?" decían constantemente.

- Miles de millones de personas murieron aquel día. Miles de demonios guerreros, y algunas mujeres que también luchaban, perdieron la vida con la gran explosión. Pero no sólo los humanos sufrimos pérdidas. Plantas, animales, el propio clima nunca volvería a ser el mismo.
Los reinos quedaron tan diezmados y tan vacíos que muchos de ellos no fueron capaces de seguir adelante. Otros, sin embargo, comprendimos que sólo había una forma de sobrevivir: que fuéramos las mujeres quienes sacaran la sociedad adelante. Y eso hicimos. Creamos el mundo a nuestra imagen y semejanza, un mundo justo, bonito, alegre y por supuesto respetuoso.

- El mundo era tan diferente... - prosiguió la Reina Madre, con la voz entrecortada por algún sollozo, ordenando sus recuerdos a medida que sucedían sus palabras - Había muchos reinos, y en cada uno de ellos habitaban millones de personas. Durante muchos años reinó la paz. Sólo la Diosa sabe cómo fueron los demonios capaces de convivir entre ellos, quizá porque aprendieron a temerse unos a otros.
Sin embargo, un día pasó lo que pasa cuando dos demonios con demasiado poder tratan de luchar por el poder, así se desató la Gran Guerra. Y fue durante esa guerra que uno de los dos grandes demonios desató su ira con tanta fuerza que hasta la Madre Gaia se vio lastimada.

- Sabía que este día llegaría - Susurró la Reina mientras dos lágrimas brotaban de sus ojos, que ahora miraban al infinito navegando en un mar de recuerdos de un pasado lejano que ya creía enterrado. - No entiendes. Tú no entiendes por qué tuvimos que actuar así... Que la Diosa me perdone.
- Nada justifica...
- Tú no lo entiendes. Hubo un tiempo en que mujeres y demonios convivimos. Mucho antes de que el mar creciera, antes de que la gran explosión casi nos matara a todos. Antes de los inviernos glaciares y los veranos monzónicos. Antes había muchos reinos, y en casi todos gobernaban los demonios... los... hombres.

#32 @expectro #33 @sc42
- Descúbrete, sombra. Muéstrame el rostro de quien ha corrompido mi mundo.
- ¿Acaso crees que tengo rostro? - Gruñó la sombra, arañando cada sílaba
- Entonces no eres nadie
- ¿Quieres saber quién soy? Soy el golpe sordo del cuerpo de un bebé al caer al fondo del abismo al que ordenaste arrojarlo, el crujir de su cráneo al romperse, el silbido del aire que escapa por su boca cuando sus costillas se quiebran y perforan sus pulmones. Soy la luz que se apaga con cada muerte. Soy la sombra de mil cuerpos hacinados.

Una niebla de color azabache y más densa que ninguna otra niebla que jamás una mujer libre hubiera visto surgió de las entrañas del mar. Nadie sabe qué la originó. Sólo sabemos lo que las escribas lograron plasmar con sus uñas en la piedra.
Aquella niebla avanzó engullendo a su paso todo lo bueno y lo bello del mundo femenino. Confundió a las mujeres allá por donde pasaba. Mató a los animales. Rompió las amistades, las relaciones. Violó y asesinó a las mujeres inocentes. Cuando hubo roto y ajado todo sobre la faz de Gaia, se erigió, orgullosa frente a la reina de las mujeres. Entonces tomó forma de diablo, tomó forma de hombre.
- ¿Quién eres niebla? - Le gritó asertivamente y con paz y armonía la Reina.
- Soy el patriarcado, mujer. Vengo a someterte.

Así, alejando al demonio de la sociedad, era como la mujer podía ser libre. Sin miedo, sin abusos de ningún tipo, sin discriminación. Sólo mujeres viviendo libremente y amando tanto a sus prójimAs como a la naturaleza.
Eran tiempos dorados, tiempos luminosos.
Sin embargo, todo lo que tiene un comienzo tiene un final, y así como el sol nace a diario para morir al atardecer, aquella era de lux, paz y bondad tenía escrito su final.
Un día desde el pico más alto de la montaña más alta de la Madre Gaia, el cuerno de alarma sonó. Una, otra y otra vez. Como si algo horrible apretara los pulmones de la sopladora. Como si el demonio empujara el aire hacia afuera.
El cuerno del apocalipsis anunciaba el final

Allí los hombres eran encadenados y distraídos con tareas superficiales, ya que no estaban capacitados para ninguna labor más importante. Una vez al mes, sin embargo, hacían su única contribución a la sociedad, ya que uno a uno iban pasando a una sala donde eran ordeñados para extraer su semilla.
No porque las mujeres necesitaran aquello para nada, sino porque (Siempre en pos de la ciencia y la sabiduría) las madres lo utilizaban para hacer los ungüentos vaginales que ayudaban a la mujer a quedarse en Estado. Nadie supo nunca muy bien por qué funcionaba tan bien aquel ungüento, pero todas se asombraban de lo caprichosa que es la vida. De la fuente de todo mal nacía algo que al parecer ayudaba a los seres de luz a concebir.

De esta forma, cuando el verbo tomaba forma y el mal se encarnaba en un ser humano con pene, la sociedad caía en una profunda tristeza y se llevaba a cabo el ritual más compasivo y humano posible: Se arrojaba el mal al lugar de donde provenía. Se despeñaba al pozo del mal.
Cuentan que pese a ser recién nacidos, el mal en ellos era tan intenso que a veces usaban cuerpos de otros demonios para frenar su caída y lograban sobrevivir. Y entonces las ancianas ordenaban a las guerreras bajar a por él al abismo y secuestrarlo. Arrancarlo de las manos del demonio, en donde el mal podía corromperlo todavía más.
Así, esos demonios supervivientes eran enjaulados en la prisión de la isla de la soledad, el lugar más inhóspito y devastado de La Tierra.

Sin embargo, no todo en aquella época dorada era bueno. Así como la luz llega hasta donde empieza la oscuridad, igual que existía la mujer, habitaba en la tierra un mal encarnado en otro tipo de ser humano cuyo nombre todas trataban de ahogar en un silencio temeroso y lastimero.
Tal era el calibre del mal que todas negaban conocer. Tal era la impureza de los hombres.
Dice la leyenda que de la relación divina entre dos mujeres puras de corazón puede nacer un ser de luz y bondad, un ángel de luz y sabiduría encarnado en una mujer. Sin embargo, si el amor entre ambas no es verdadero, es posible que el fruto de sus vientres sea la encarnación del mal, la corrupción, la violencia, la injusticia y el egoísmo.
Así nacían los demonios llamados hombres.

... Eran tiempos luminosos. La humanidad había llegado a su cúspide evolutiva y la sociedad era matriarcal, justa, divina, igualitaria. Ninguna mujer sentía miedo ni era tratada de forma poco respetuosa. La mujer vivía en armonía con la naturaleza y por fin había conseguido la inmortalidad.
Reinaba la sabiduría y las carreras de letras. El dinero no existía, tampoco el trueque, el mundo funcionaba por solidaridad y sororidad.
Las mujeres seguían los designios de La Madre y se reproducían con otras mujeres. No había violencia. No había infidelidades. No habían guerras. Todo era amor...

#183 @yoymiyo86
JAJAJAJA ERES UN GENIO DEL HUMOR.
Soy muy fan de los humoristas que hace el gag de despedirse y no irse. O irse y volver para que la gente se siga riendo.
Bravo

PD: No, a mí no me parece que nada sobre. Todo lo que quieras decir puedes decirlo, aunque sean tonterías que no vienen al caso :)
PDD: Antes de contestar a alguien criticando su forma de actuar, cuídate de no hacer exactamente lo mismo repetidas veces a lo largo de la misma conversación.

#0 Me gustaría poder ayudarte con algo nuevo, pero creo que alguien ha aportado algo mejor que lo que yo podría decir, así que mi consejo es que sigas el consejo de @massive_attack

#1 @massive_attack Hostias, qué buen consejo. No sé si es tuyo o lo habrás sacado de algún lado, pero la verdad es que es una aportación GENIAL. Bravo.

#176 @yoymiyo86

¡¡"No tenemos ganas de discutir" dice el tío después de casi 50 mensajes!!!

JAJAJAJAJAJAJJAJA

#173 @yoymiyo86
1.- Para investigar hace falta un conjunto poblacional lo suficientemente amplio. Que para ti es 1 persona :)
2.- Analizar no es lo mismo que investigar. Tu querida RAE te sacará de este aprieto.

"Hoy hace un día espléndido: hace sol, los pájaros cantan...
Ahora están llamando a un compañero de trabajo al teléfono fijo. "

Me encanta cuando ya no sabes ni qué decir :)

#177 @yoymiyo86 Igual en el uso de los puntos supensivos está tu argumento definitivo. ¡Qué pobre es tu argumento definitivo entonces!

#171 @yoymiyo86 Si TODOS los integrantes de una asociación deben defender las mismas ideas, y Cifuentes no tiene al 100% las mismas ideas que el resto de la asociación, según tu lógica debería haber dejado el partido.
Entonces, si Cifuentes sale y dice que defiende el matrimonio igualitario... ¿El PP defiende el matrimonio igualitario?
JAJAJAJAJJA

#174 @yoymiyo86 Jajajajajaj Ahora hablas de los puntos suspensivos JAJAJAJAJAJA

#169 @yoymiyo86
#169 ==> ""algunos hombres heterosexuales" ¿Hace referencia a un subconjunto? Sí "
#161 ==> "Y lo dice quien entiende "algunos hombres heterosexuales" como un conjunto... "

Risas y aplausos del público.